martes, 22 de septiembre de 2009

Homenaje (o Cuestión de Afinidad)

Nuestro peregrino acaba de honrar a quien, al menos por un momento, representó fielmente su utopía...

El caballero andante previamente advierte al lector:

1º No es alocución, quizás declaración.
2º Tampoco eufemismo para referirse a una "cuestión de afinidad" (aunque temo que el tiempo podría obligar a que éste homenaje degenere en una prosaica "cuestión de afinidad")


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"Homenaje"


Figura anónima en tierra conocida,
obviaste mi inconveniente modestia,
y en audaz decisión,
revelaste tu dulce existencia:

(Ninfa...)

Desnuda abandonaste tu morada,
para vigilar amablemente mi destino.
Sin advertir riesgos,
te manifestaste ante un corazón en vilo:

(Como cantora esplendorosa...)

En solemne rito,
tu canto mudó los inseguros pasos,
y formó un bailarín insigne,
presto para danzar contigo
hasta el último acorde del canto del cisne:

(Redimiste mis anhelos cautivos...)

Esperaré entonces,
a que invites no una mera copa,
sino a saborear juntos
el amanecer de nuestra última oda:

(Embriagándolos con la fe de un corazón encantado.)

Aguardaré,
a que marchites estos ojos
con tu mirada fulgorosa,
para hallar en tus soles
la luz que torne mi alma briosa.


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Hoy aquel joven volvió a desaparecer...

En verdad desconozco si se ha convertido el homenaje en realidad,
o en una "cuestión de afinidad".

Quizás siquiera esto interese mucho...

Me quedo con la seguridad de que el joven al menos se orienta en alguna cierta dirección,
Una ruta que al menos ha sabido reencantar su corazón...

Nota: ¡Qué curioso!, esta vez a él lo han alimentado de ilusiones...No necesitó buscarlas...